Trastornos del sueño (I)

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Los trastornos del sueño son un conjunto diverso de patologías que pueden afectar tanto al periodo de sueño como al de vigilia y que comúnmente se manifiestan por quejas en cuanto a la calidad, la cantidad o el ritmo del sueño. En todo trastorno del sueño existe una repercusión en la calidad de vida y el rendimiento durante el día.

Los trastornos del sueño son muy prevalentes, con cifras que pueden llegar a alcanzar a la mitad de la población adulta en ciertas regiones del mundo. Parece además su frecuencia va en aumento, y eso puede tener que ver con los estilos y ritmos de vida del presente.

Tener problemas de sueño tiene relevancia en otros aspectos de la salud, pudiendo provocar alteraciones emocionales (irritabilidad, ansiedad, tristeza), falta de concentración, atención o memoria, así como bajo rendimiento académico o laboral. Las consecuencias a nivel de salud física son cada vez más conocidas, sobre todo en cuanto al incremento en el riesgo cardiovascular.

Estos trastornos se han clasificado históricamente en dos grandes grupos:

  1. Disomnias: o alteraciones en la cantidad, calidad y ritmo del sueño.
  2. Parasomnias: o alteración del comportamiento o de la fisiología durante el sueño.

Sin embargo, se han prescindido de estos dos grandes bloques en las últimas actualizaciones diagnósticas (DSM y CIE).

Revisemos ahora en qué consiste el sueño normal, para después describir algunos de los trastornos más comunes. 

¿Por qué dormimos?

La función principal del sueño parece ser el restablecimiento o la recuperación de las funciones fisiológicas del organismo. Sin embargo, para la realización de este proceso, el organismo no está, ni mucho menos, en «reposo absoluto» durante el sueño. 

Toda una serie de cambios fisiológicos han de tener lugar para que esta reparación y restitución sea exitosa: cambios en el ritmo cardíaco, la respiración y tensión arterial o variaciones de los niveles hormonales (GH, Prolactina, Cortisol, TSH).

Tipos y fases del sueño

En el sueño normal se identifican dos grandes períodos, llamados sueño REM y no-REM, existiendo 4 fases diferenciadas dentro del sueño no-REM. Dichos períodos, con sus fases, se repiten cíclicamente durante la noche, con una duración aproximada del no-REM de 90 min y una duración variable y creciente del sueño REM según avanza la noche.

Las fases 3 y 4 del sueño no-REM han sido denominado «sueño profundo», el cual parece ser el más correlacionado con la sensación de descanso al despertar.

Regulación del sueño

Los principales mecanismos reguladores del sueño son:

  • El ritmo circadiano o reloj biológico que marca el patrón de sueño y vigilia.
  • La homeostasis interna o conjunto procesos fisiológicos que mantienen al organismo en un estado de equilibrio.
  • Circuitos cerebrales involucrados en la emoción y la alerta.

Variaciones del sueño con la edad

Ciertos aspectos del sueño varían a lo largo de las distintas etapas de la vida de una forma natural, existiendo patrones específicos en cada etapa como, por ejemplo, la necesidad de dormir la siesta en los niños hasta los 4-6 años o la superficialidad del sueño (con ausencia de fase 4) en mayores de 65 años.

¿Qué hacer para dormir bien?

La higiene del sueño consiste en los hábitos y costumbres que favorecen un sueño eficaz y saludable. En muchas ocasiones, mejorando estos hábitos, conseguimos resolver ciertos trastornos o quejas sobre el sueño sin necesidad de ningún otro tratamiento. Por ejemplo, siguiendo estas pautas de higiene del sueño:

  1. Mantener un patrón de vigilia-sueño estable. Acostarse y levantarse a la misma hora favorece un ritmo circadiano regular y constante.
  2. Preparar el ambiente: oscuridad o semi-oscuridad, cama confortable, espacio agradable, reducción progresiva de estímulos y actividad mental antes de acostarse.
  3. Reducir las fuentes de despertar: asegurar una temperatura estable y confortable, evitar el ruido, tomar cenas ligeras pero suficientes, evitar ingerir mucho líquido, estimulantes o comida picante o muy salada en la cena.

Insomnio

¿Qué es el insomnio? Es el trastorno del sueño más prevalente y se caracteriza por uno o más de los siguientes síntomas, resultan en tensión durante el día y bajo funcionamiento.

  • Dificultad para iniciar el sueño.
  • Dificultad para mantenerlo.
  • Ausencia o disminución de la sensación de descanso al despertar.

Causas del insomnio

Existen multitud de situaciones clínicas, tanto somáticas como psicológicas, que pueden causar o desencadenar insomnio. En estos casos hablamos de insomnio secundario y puede entenderse éste como un síntoma dentro del cuadro clínico en que está ocurriendo.

Mucho menos frecuente que lo anterior son los casos de insomnio primario; un conjunto de trastornos genuinos del sueño, en el que se dan anomalías específicas de su fisiología.

¿Cómo tratamos el insomnio?

  • El abordaje del insomnio debe ser siempre multifactorial: higiene del sueño, intervenciones psicológicas y, en ocasiones, medicación.

Cuando las modificaciones necesarias en la higiene del sueño (que son siempre la primera medida a tomar) no son suficientes, entonces se propondrán intervenciones de otro tipo que garanticen un sueño reparador.

Actualmente disponemos de tratamientos eficaces, como terapia cognitivo-conductual para el insomnio (CBT-I) o los psicofármacos con efecto hipnótico o sedante.

Dentro de los fármacos actualmente empleados, existen diversas posibilidades dependiendo de las características clínicas del paciente y de si existe o no otra patología mental que debamos tratar. Entre los grupos farmacológicos más comúnmente utilizados encontramos:

  • Benzodiazepinas (Lormetazepam, Lorazepam, etc) e Hipnóticos (Zolpidem, Zoplicona..)
  • Antidepresivos con efecto sedante (Mirtazapina, Agomelatina, Trazodona..)
  • Antihistamínicos, por su efecto sedante, para uso temporal (Prometazina, Difenhidramina)
  • Otros fármacos específicos para el insomnio como Daridorexant.

¿Qué otros trastornos del sueño existen además del insomnio?

Hay muchos otros trastornos del sueño como la narcolepsia, el SAOS (síndrome de apnea obstructiva del sueño), la hipersomnia, los terrores nocturnos, el sonambulismo, así como trastornos del movimiento durante el sueño (como el síndrome de piernas inquietas).

Cabe destacar la hipersomnia entre ellos, ya que puede tratarse de un trastorno primario o bien, muy comúnmente, deberse a un efecto adverso muchas veces referido por los pacientes que toman ciertos psicofármacos de efecto sedante.

Para conocer más sobre estos trastornos, quede atento a nuestro próximo artículo sobre trastornos del sueño, que pronto publicaremos y donde resumimos sus causas, sus síntomas y su tratamiento.

Autor:

© Todos los derechos reservados. Samon Psiquiatría.

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