La ansiedad

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Hagamos unas pequeñas anotaciones, de especial importancia hoy día, con respecto a la ansiedad en general.

¿Qué es la ansiedad?

  • La ansiedad es un fenómeno universal, presente quiero decir, en todos los seres humanos. Por ello sólo hablamos de un trastorno de ansiedad cuando la ansiedad tiene una intensidad injustificadamente elevada, sigue un patrón disfuncional (o independiente de los factores provocadores esperables) y conlleva un impacto en la calidad de vida y la funcionalidad de la persona. Es decir, tiene una repercusión en la capacidad de la persona para ejercer los roles y funciones que venía ejerciendo o que le corresponde por edad y desarrollo biográfico.
  • Todo apunta a que la ansiedad funciona como un indicador, una alarma inespecífica que puede activarse por multitud de razones; factores tanto biológicos (cualquier cambio en la homeostasis del organismo), como psicológicos (pensamientos negativos, sensación de peligro, aburrimiento, emociones intensas o contradictorias, etc) o factores puramente exógenos (cualquier fuente de peligro o agresión real o percibida, etc)
  • De modo que, si la ansiedad es inevitable y está presente en todos los individuos, ¿puede ser útil o beneficiosa en ciertos momentos? ¡Sin duda!, la ansiedad fisiológica refleja niveles de alerta que corresponden con las circunstancias ante las que debemos responder y para las que nuestra conducta, nuestra destreza y nuestro desempeño deben adaptarse acordemente. Por ello, es natural que ante una reunión de trabajo importante experimentemos mayor ansiedad que para un día de trabajo habitual. Lo contrario es anómalo e indicaría que existe un componente psicopatológico en la ansiedad, que es el que genera que cuando no hay un estímulo externo que justifique esa ansiedad elevada, sin embargo, esta nos invada.
  • Y esta última idea nos conduce a otro punto importante. Si la mayoría de las personas conviven con episodios de ansiedad o con ansiedad crónica que no se justifica o no responde directamente de eventos estresantes concretos, ¿Significa eso que padezcan un trastorno de ansiedad? Pues tal y como lo entendemos hoy día en psiquiatría, no. Quiere esto decir que, aunque la persona experimente ansiedad derivada de excesiva anticipación de potenciales situaciones negativas (ansiedad anticipatoria), tenga tendencia a ponerse en lo peor (pensamiento catastrofista), desvíe el foco de ansiedad de un asunto mayor a otro menor (desplazamiento), le provoque cierta respuesta somática con síntomas corporales (somatización), si estos fenómenos no afectan a su funcionamiento y desempeño de los roles que venía teniendo o se le supone por su estado madurativo, no lo consideramos un trastorno.

Tratamiento de la ansiedad. ¿Es necesaria la terapia?

La respuesta, por tanto, es no.

Muchas personas se identifican con algunos de los patrones arriba descritos e inmediatamente comienzan a pensar que tendrían que ser tratados por un psicólogo o un terapeuta. En muchas ocasiones acuden a algún profesional y este refuerza esa idea. Sin embargo, lo correcto es demarcar cuándo la terapia va dirigida a tratar un trastorno o cuándo no es así y lo que se busca es un perfeccionamiento de uno mismo, de las funciones psíquicas y de la capacidad de adaptación. Esta terapia de crecimiento personal no trata como tal ningún trastorno.

Pastillas para la ansiedad

Insisto en esta delimitación del concepto de trastorno de ansiedad, que considero fundamental, porque en los últimos años ha habido un borramiento de sus límites y pareciera que todo el que siente ansiedad en algún momento padece un trastorno y necesita una intervención psicoterapéutica o farmacológica. No quiero con ello decir que no pueda beneficiarse esa persona de una psicoterapia de forma preventiva o por deseo personal o un tratamiento farmacológico breve y puntual. Lo único que señalo es que no por padecer ansiedad de manera más o menos frecuente, uno deba recibir necesariamente ningún tratamiento. Hay que sopesar los pros y contras de cualquier intervención.

Niveles de ansiedad

Si bien históricamente se ha considerado a los trastornos de ansiedad como trastornos comunes y leves, esto no es así en un porcentaje significativo de los casos. Los trastornos de ansiedad tienen, desgraciadamente, la tendencia a hacerse crónicos y por tanto durar largos periodos de la vida. Son debilitantes hasta el punto de que son una causa muy importante de absentismo laboral, reducción de la productividad, bajas médicas y gasto sanitario.

Y, finalmente, algunas formas del trastorno obsesivo compulsivo o la agorafobia pueden llegar a ser muy incapacitantes.

Cómo combatir la ansiedad

Hacer recomendaciones generales de algo tan inespecífico como el término ansiedad es casi imposible. Curiosamente, el concepto de inespecificidad es algo que el lector de este artículo podría llevarse asociado al de ansiedad. La ansiedad es un estado de alerta inespecífico. Es la alarma que salta en nuestra mente ante multitud y disparidad de factores, tanto del medio interno como externo, y por situaciones pasadas, presentes o futuras. Por ello, la principal recomendación es que, si usted siente ansiedad, interésese por descubrir a qué se debe y no sólo a intentar eliminarla. Gratamente comprobará que casi siempre, la ansiedad, es una fuente insustituible de introspección y conocimiento.

Si, a pesar de ello, la ansiedad le supera, no dude en pedir ayuda.

Autor:

© Todos los derechos reservados. Samon Psiquiatría.

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